Amanecer en San Quintín ha sido recorrer 200 kilómetros y llegar al siglo XIX. Ha sido ver el desdén del gobierno sordo, vacío y del empresario ausente que manda un abogado. Los desposeídos, por serlo, les llevan la ventaja ¿qué más les pueden quitar?
[ya no finjo, ante la mentira burda de los funcionarios, cualquier día de estos les dejo vómito tibio en los zapatos]