Quisimos encontrar trabajadores camino a los campos y no pudimos. Los jornaleros que aún ahora están yendo a trabajar se suben en algunos camiones vacíos o en camionetas que pasan por ellos en calles alejadas y oscuras. No quieren que los vean los huelguistas y les digan traidores.
Al vernos, todos huyen y se alejan como si fueran de bruma. Cuando le pregunto a uno ¿por qué no está en la huelga? me contesta primero con la mirada y luego con la verdad: «Hace un mes que llegué de Oaxaca, día que no trabajo no como.»